Qué tienes que tener en cuenta si sales a comer con niños

Cuando los hijos llegan revolucionan toda nuestra vida y la ponen patas arriba. Las viejas rutinas ya no sirven de nada, hay que cambiarlo todo para adaptarnos a ellos y lo hacemos de buena gana. ¿Cómo no, si son lo que más queremos? Una de las cosas que preocupa a los padres primerizos es la elección de los restaurantes. ¿Qué deben o no deben tener para que ir a comer con niños sea una buena experiencia? ¡Te lo contamos todo!

Salir a comer con bebés

Han pasado los meses y el bebé ha nacido. Las últimas semanas han sido agotadoras: falta de sueño, un montón de dudas, llantos y nervios. Lo que más echáis de menos es un ratito fuera de casa, esas cosas que antes eran de pareja y ahora queréis convertir en «cosas de familia«. Os armáis de valor y preparáis todo lo necesario para poder salir a dar una vuelta con el bebé.

¿Por qué no vamos a ese lugar en el que nos trataron tan bien la última vez? Y para allá que vais.

Pero todo ha cambiado. Antes nunca se os hubiera ocurrido pensar en si ese sitio, o cualquier otro, reunía las condiciones necesarias para poder ir a comer en familia. Además, la actitud del personal ya no es la misma. Parece que ponen mala cara cuando preguntáis si os pueden echar una mano calentando la comida del bebé o con cualquier otra cosa que necesite el pequeño.

Al final, la velada termina siendo un desastre. Decepcionados por haber sido tan ilusos de creer que podíais seguir haciendo algunas actividades de antes, huis lo más pronto posible de vuelta a casa, de donde creéis abatidos que nunca deberíais haber salido.

¿Os suena esta historia?

Está basada en miles de testimonios reales. ¡Padres y madres! ¡No estáis solos! Disfrutar de un restaurante con vuestra pareja e hijos es posible.

Tenéis que ser conscientes de que muchos de vuestros lugares preferidos de antes los vais a tener que sacar de la lista. Ahora no os queda más remedio que saber elegir el sitio correcto. Os damos algunos consejos para salir victoriosos de esta misión no-imposible.

Comer con niños

#1 Mobiliario adaptado

Es muy importante que cuenten con tronas o periqueras. Una comida no puede transcurrir de forma normal ni mucho menos apacible con el bebé en brazos. La inversión en este tipo de mobiliario es mínima y solo este detalle tan simple pero esencial solucionará la vida de decenas de familias.

La otra opción es que tenga espacio suficiente para poder pasar con el carrito tanto si el bebé está dormido, como si se pudiera dormir durante la comida.

#2 El cambiador en el baño

También es de vital importancia. Es sencillísimo de instalar y de una utilidad tremenda para los progenitores de niños que aún son demasiado pequeños como para no llevar pañal. En algunos países son obligatorios en los baños tanto femeninos como masculinos. ¡Todos nos ocupamos de cambiar a nuestros hijos!

Tanto si es en el lavabo de señoras, como en el de caballeros o en un cuarto aparte habilitado para ello, que el restaurante tenga al menos un cambiador es imprescindible. Porque mantenerlos limpios y contentos no es una tarea que se pueda dejar para más tarde.

#3 Facilidades de preparación de alimentos

En este caso, de seguro los papás vais a agradecer enormemente el detalle de que el personal se ofrezca a facilitaros la labor de alimentar al bebé con vuestra propia comida.

Esto puede significar dos cosas:

  • Que exista un lugar tranquilo para que la madre pueda llevar a cabo la labor de lactancia, y que por supuesto, no se le recrimine por ello. Comer es algo tan natural como la vida misma y todos necesitamos hacerlo, las personitas diminutas también.
  • Que los camareros, o las personas que nos estén atendiendo tengan el cariño y la delicadeza suficiente para ofrecernos calentar la comida que hemos llevado de casa, así como el menaje necesario para poder preparar esos alimentos de forma correcta.

Salir a comer con niños pequeños

En menos de lo que canta un gallo vuestro bebé adorable se ha convertido en un pequeño terremoto que a veces es incontrolable. Aunque ya os creáis unos expertos en la elección de restaurantes familiares, tenéis que saber que vuestras necesidades van a modificarse.

Evolucionarán conforme vuestro hijo vaya creciendo y con ello desarrollando su capacidad motora. En otras palabras: si ya camina por su cuenta atención a lo siguiente:

#1 Un local amigable con los niños

Lo distinguiréis rápidamente y a primera vista por las modificaciones que hayan hecho en sus instalaciones. ¿Hay jardín?, ¿zona de juegos?, ¿parquecito?, ¿una esquina con actividades o entretenimiento para los peques? Pues de entrada ya tiene puntos para ser un buen candidato.

#2 La seguridad

Otro factor que no pasar por alto. Un local plagado de escaleras, barandillas, ventanas abiertas, enchufes o cables, equipos de iluminación y sonido o simplemente llenito a rebosar de objetos de decoración por las paredes o suelo será con toda probabilidad un sitio poco adecuado para dejar a los niños a su aire.

Si ya andan, ¡cuidado! Hay que prestar mucha atención también a fuentes de calor que puedan estar a su alcance, como chimeneas o radiadores abiertos.

#3 Carta adaptada para pequeños

Si vuestros enanos ya no lo son tanto quizás os interesa saber si está disponible la opción de un menú infantil. Son platos escogidos por el equipo de cocina con mucho cuidado y con el objetivo de que los niños no se dejen el plato lleno porque no sea de su agrado. Al mismo tiempo, es preferible que esté orientado a los alimentos nutritivos, sanos y elaborados con técnicas sencillas para facilitar su buena digestión.

Si un restaurante ha reservado en su carta un apartado para los chiquitines, tiene muchas probabilidades de ser un lugar amistoso y cariñoso con ellos, ya que ha tenido la amabilidad de tener en cuenta a nuestros hijos y darles la importancia que merecen.

Comer con niños en restaurante

La buena disposición del personal

Esto es algo fundamental sin importar la edad que tengan, o incluso cuando todavía no están aquí. Sobre todo, lo más importante que no queremos dejar de resaltar es la actitud del equipo al completo: aunque existan algunas carencias materiales ellos pueden suplir con su buen hacer y su amabilidad sincera cualquier necesidad que pueda surgir. Al final queremos regresar al lugar donde recordamos que hemos sido bienvenidos y tratados con auténtico esmero.

Si lo que buscáis es un lugar con zona de juegos al aire libre para que los niños correteen a sus anchas, con unas instalaciones seguras y cuidadas, mobiliario necesario, opción de menú infantil y un personal preparado y encantado para recibir con los brazos abiertos a los más pequeños de la casa no le des más vueltas ¡pásate por el restaurante del Quinto Real ! Un lugar ideal para comer o cenar con tus niños.

Cuando los hijos llegan revolucionan toda nuestra vida y la ponen patas arriba. Las viejas rutinas ya no sirven de nada, hay que cambiarlo todo para adaptarnos a ellos y lo hacemos de buena gana. ¿Cómo no, si son lo que más queremos? Una de las cosas que preocupa a los padres primerizos es la elección de los restaurantes. ¿Qué deben o no deben tener para que ir a comer con niños sea una buena experiencia? ¡Te lo contamos todo!

Salir a comer con bebés

Han pasado los meses y el bebé ha nacido. Las últimas semanas han sido agotadoras: falta de sueño, un montón de dudas, llantos y nervios. Lo que más echáis de menos es un ratito fuera de casa, esas cosas que antes eran de pareja y ahora queréis convertir en «cosas de familia«. Os armáis de valor y preparáis todo lo necesario para poder salir a dar una vuelta con el bebé.

¿Por qué no vamos a ese lugar en el que nos trataron tan bien la última vez? Y para allá que vais.

Pero todo ha cambiado. Antes nunca se os hubiera ocurrido pensar en si ese sitio, o cualquier otro, reunía las condiciones necesarias para poder ir a comer en familia. Además, la actitud del personal ya no es la misma. Parece que ponen mala cara cuando preguntáis si os pueden echar una mano calentando la comida del bebé o con cualquier otra cosa que necesite el pequeño.

Al final, la velada termina siendo un desastre. Decepcionados por haber sido tan ilusos de creer que podíais seguir haciendo algunas actividades de antes, huis lo más pronto posible de vuelta a casa, de donde creéis abatidos que nunca deberíais haber salido.

¿Os suena esta historia?

Está basada en miles de testimonios reales. ¡Padres y madres! ¡No estáis solos! Disfrutar de un restaurante con vuestra pareja e hijos es posible.

Tenéis que ser conscientes de que muchos de vuestros lugares preferidos de antes los vais a tener que sacar de la lista. Ahora no os queda más remedio que saber elegir el sitio correcto. Os damos algunos consejos para salir victoriosos de esta misión no-imposible.

Comer con niños

#1 Mobiliario adaptado

Es muy importante que cuenten con tronas o periqueras. Una comida no puede transcurrir de forma normal ni mucho menos apacible con el bebé en brazos. La inversión en este tipo de mobiliario es mínima y solo este detalle tan simple pero esencial solucionará la vida de decenas de familias.

La otra opción es que tenga espacio suficiente para poder pasar con el carrito tanto si el bebé está dormido, como si se pudiera dormir durante la comida.

#2 El cambiador en el baño

También es de vital importancia. Es sencillísimo de instalar y de una utilidad tremenda para los progenitores de niños que aún son demasiado pequeños como para no llevar pañal. En algunos países son obligatorios en los baños tanto femeninos como masculinos. ¡Todos nos ocupamos de cambiar a nuestros hijos!

Tanto si es en el lavabo de señoras, como en el de caballeros o en un cuarto aparte habilitado para ello, que el restaurante tenga al menos un cambiador es imprescindible. Porque mantenerlos limpios y contentos no es una tarea que se pueda dejar para más tarde.

#3 Facilidades de preparación de alimentos

En este caso, de seguro los papás vais a agradecer enormemente el detalle de que el personal se ofrezca a facilitaros la labor de alimentar al bebé con vuestra propia comida.

Esto puede significar dos cosas:

  • Que exista un lugar tranquilo para que la madre pueda llevar a cabo la labor de lactancia, y que por supuesto, no se le recrimine por ello. Comer es algo tan natural como la vida misma y todos necesitamos hacerlo, las personitas diminutas también.
  • Que los camareros, o las personas que nos estén atendiendo tengan el cariño y la delicadeza suficiente para ofrecernos calentar la comida que hemos llevado de casa, así como el menaje necesario para poder preparar esos alimentos de forma correcta.

Salir a comer con niños pequeños

En menos de lo que canta un gallo vuestro bebé adorable se ha convertido en un pequeño terremoto que a veces es incontrolable. Aunque ya os creáis unos expertos en la elección de restaurantes familiares, tenéis que saber que vuestras necesidades van a modificarse.

Evolucionarán conforme vuestro hijo vaya creciendo y con ello desarrollando su capacidad motora. En otras palabras: si ya camina por su cuenta atención a lo siguiente:

#1 Un local amigable con los niños

Lo distinguiréis rápidamente y a primera vista por las modificaciones que hayan hecho en sus instalaciones. ¿Hay jardín?, ¿zona de juegos?, ¿parquecito?, ¿una esquina con actividades o entretenimiento para los peques? Pues de entrada ya tiene puntos para ser un buen candidato.

#2 La seguridad

Otro factor que no pasar por alto. Un local plagado de escaleras, barandillas, ventanas abiertas, enchufes o cables, equipos de iluminación y sonido o simplemente llenito a rebosar de objetos de decoración por las paredes o suelo será con toda probabilidad un sitio poco adecuado para dejar a los niños a su aire.

Si ya andan, ¡cuidado! Hay que prestar mucha atención también a fuentes de calor que puedan estar a su alcance, como chimeneas o radiadores abiertos.

#3 Carta adaptada para pequeños

Si vuestros enanos ya no lo son tanto quizás os interesa saber si está disponible la opción de un menú infantil. Son platos escogidos por el equipo de cocina con mucho cuidado y con el objetivo de que los niños no se dejen el plato lleno porque no sea de su agrado. Al mismo tiempo, es preferible que esté orientado a los alimentos nutritivos, sanos y elaborados con técnicas sencillas para facilitar su buena digestión.

Si un restaurante ha reservado en su carta un apartado para los chiquitines, tiene muchas probabilidades de ser un lugar amistoso y cariñoso con ellos, ya que ha tenido la amabilidad de tener en cuenta a nuestros hijos y darles la importancia que merecen.

Comer con niños en restaurante

La buena disposición del personal

Esto es algo fundamental sin importar la edad que tengan, o incluso cuando todavía no están aquí. Sobre todo, lo más importante que no queremos dejar de resaltar es la actitud del equipo al completo: aunque existan algunas carencias materiales ellos pueden suplir con su buen hacer y su amabilidad sincera cualquier necesidad que pueda surgir. Al final queremos regresar al lugar donde recordamos que hemos sido bienvenidos y tratados con auténtico esmero.

Si lo que buscáis es un lugar con zona de juegos al aire libre para que los niños correteen a sus anchas, con unas instalaciones seguras y cuidadas, mobiliario necesario, opción de menú infantil y un personal preparado y encantado para recibir con los brazos abiertos a los más pequeños de la casa no le des más vueltas ¡pásate por el restaurante del Quinto Real ! Un lugar ideal para comer o cenar con tus niños.

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